Este último fin de semana, el grupo de Marcha II celebró en la casa de ejercicios de Guadalupe un taller de oración. Llenos de incertidumbre por no saber qué les depararían esos dos días, se unieron como grupo y profundizaron en el conocimiento de la oración, las dificultades con las que nos encontramos al orar, los modos que hay para hacerlo… pero, sobre todo, pudieron mirar con los ojos de Dios. Mirar con los ojos de Dios ya saben que supone mirar con amor, con misericordia, con comprensión…
Hemos aprendido que abrir la puerta de nuestra ‘’casa’’ significa abrir las puertas de nuestro corazón; convertir un corazón de piedra en un corazón de carne que solo quiere sembrar vida por donde va. Con ratos de trabajo personal, compartimos después en asamblea todo lo que estaba suponiendo para cada uno de nosotros el fin de semana.
Por último, en la celebración final, vimos que todo lo que había pasado allí había sido especial y significativo para todos. Nos fuimos ricos en Dios y llenos de su amor.
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