Es el momento de proponernos cosas que nos ayuden a ser mejor. A marcarnos pequeños objetivos que nos permitan ir cambiando el mundo poco a poco. Ser buen compañero, ayudar en casa, cuidar a la familia… Si una situación cercana me remueve, debemos ver cómo podemos solucionarla, qué puedo aportar para que cambie. Ello implica salir de mí y moverme hacia otros: amigos, familia o hacia quien me pueda necesitar.
Marcelino tenía un sueño: Ser buenos educadores, catequistas con amor y alegría para los niños que carecen de ello. Para ello, fundó los “Hermanitos de María”, bajo el lema de que para educar bien a un niño hay que amarlo ante todo.
Aquí puedes leer y escuchar la inmersión que hemos realizado esta mañana en nuestro colegio.
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