Cuando decimos, “Marcelino vive hoy”, no estamos diciendo una frase bonita, sino que estamos reconociendo que el sueño de Marcelino está presente a través de nosotros. Nos hemos convertido en el sueño vivo de Marcelino en nuestro Cole, en nuestra Familia, en nuestro grupo de amigos, etc.
Los hermanos, tal y como quería María, anunciarían la alegría del Evangelio. Sed Maristas, sed hermanitos, sed los hermanos mayores de todos los Montagne del mundo.
¡ MARCELINO, AMIGO !