El miércoles 3 de mayo por la tarde tuvo lugar en el comedor de la Sede Fuensanta un claustro vocacional sobre la casa madre del Hermitage, el primero de los tres que nos ayudarán a conocer mejor la misión marista que desempeñamos cada día.

Durante el mismo tuvimos oportunidad de recuperar nuestro niño interior, el que no debemos perder para conservar la ilusión en la misión que realizamos. Y nos acercamos a la figura del Hermano Francisco, primer Superior General, a través de una breve biografía y trabajando en grupos con algunas de sus reflexiones sobre la tarea del educador y el gran modelo que es Jesús para los cristianos. Si Marcelino nos transmitió que “Para educar a un niño hay que amarlo”, el Hermano Francisco nos indica los “cuatro medios para tener éxito ante los niños, que os puedo presentar como infalibles: amar, hacerse amar, animar, jamás desanimar”.

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